TEXTOS: Gomorra, de Roberto Saviano


“… La flexibilidad de la Camorra es la respuesta a la necesidad de las empresas de mover el capital, de fundar y cerrar sociedades, de hacer que circule el dinero y de invertir con agilidad en inmuebles sin que tenga un peso excesivo la elección territorial o la mediación política. Ahora, los clanes no necesitan constituirse en macrocuerpos. Hoy día, varias personas pueden decidir juntarse, atracar, romper escaparates y robar sin acabar asesinadas o absorbidas por el clan, como sucedía en el pasado. Las bandas que causan estragos en Nápoles no están compuestas exclusivamente de individuos que cometen delitos para llenarse los bolsillos, para comprarse un coche de lujo o disfrutar de comodidades. Suelen ser conscientes de que, si se unen y aumentan la cantidad y la violencia de sus acciones, pueden mejorar su capacidad económica convirtiéndose en interlocutores de los clanes o en sus proveedores. El tejido de la Camorra se compone de grupos que empiezan a chupar como piojos voraces y frenan todo avance económico, y de otros que, por el contrario, como rapidísimas vanguardias, impulsan su propio negocio hacia el máximo grado de desarrollo y actividad comercial. Entre estos dos movimientos opuestos, aunque complementarios, se lacera y desgarra la epidermis de la ciudad. En Nápoles, la crueldad es la práctica más complicada y conveniente para llegar a ser un empresario triunfador, el aire de ciudad en guerra  que se respira por todos los poros tiene el olor rancio del sudor, como si las calles fueran gimnasios a cielo abierto donde ejercitar la posibilidad de saquear, robar, atracar, practicar la gimnasia del poder, el spinning del crecimiento económico.”

Roberto Saviano, Gomorra. Cap. 3: “El sistema” – Pags. 58-59 (Ed. Mondadori – Debolsillo – Traducción: Teresa Clavel y Francisco J. Ramos Mena)

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